El pasado 16 de diciembre, se desencadenó la Operación Pandora. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado irrumpieron en distintos domicilios y casas okupas de Barcelona y Madrid, y se llevaron secuestrades a once compañeres anarquistas.
Este secuestro, como no podía ser de otra manera, se coordinó con los distintos medios de comunicación los cuales ayudaron con ahínco a justificarlo y legitimarlo, difundiendo la noticia de que la policía había llevado a cabo una operación contra el terrorismo anarquista internacional. Este secuestro de once compañeres desencadenó el mismo día 16, multitud de concentraciones y manifestaciones en distintas ciudades, como Madrid, Barcelona, Sevilla o Zaragoza, por ejemplo; saliendo a la calle miles de personas en solidaridad con les compañeres secuestrades y mostrando la rabia y el odio a una nueva operación represiva del Estado contra el movimiento libertario.
Dos días después, el 18 de diciembre, sale a luz la noticia de que el juez Javier Gómez Bermúdez, con un amplio historial represivo a sus espaldas, ha ordenado el ingreso en prisión provisional sin fianza de siete de les once compañeres, dando así mayor justificación mediática y política a la campaña represiva. Hay que recordar que esta nueva operación represiva tiene una estrecha relación con el proceso represivo aún abierto contra les anarquistas Mónica y Francisco, quienes llevan ya un año en prisión provisional, en régimen de aislamiento, y recordar también que el verdugo Javier Gómez Bermúdez fue el responsable también de dicho encarcelamiento de les compas.
Este ingreso en prisión provisional de siete compañeres viene justificado por el verdugo Javier Gómez Bermúdez con razones tan contundentes como que “existen indicios que avalan la hipótesis de que forman parte de grupos anarquistas coordinados con fines terroristas” y que “alteran gravemente la paz pública”. Sin embargo, nosotres, en tanto que anarquistas, no vamos a entrar en el juego que nos impone el Sistema, el juego de conceptos, valoraciones, culpabilidades, inocencias o procesos de “investigación”, nosotres, en tanto que anarquistas, no reconocemos ni su Justicia, ni su Ley, ni, por supuesto, su Paz Pública; no solo no lo reconocemos, sino que lo combatimos y le declaramos la guerra sin cuartel. No nos preocupa lo que hayan hecho, dicho, o dejado de hacer o decir nuestres compañeres secuestrades, no reconocemos las categorías impuestas por este Sistema de “inocente” o “culpable”, categorías que únicamente tienen sentido reconociendo y legitimando previamente la Ley y el Sistema Judicial.
Al parecer, en los distintos registros policiales, se encontraron numerosos ejemplares de un libro llamado “Contra la democracia”. Este libro trata de aportar herramientas de reflexión y debate para la formación contra la democracia, ese sistema mitificado y deificado, que todos y todas estamos obligades a venerar y defender, puesto que si no, corremos el peligro de acabar con nuestros huesos en las mazmorras del Estado. Sin embargo, nosotres sabemos que la democracia es precisamente esto que ha vuelto a ocurrir: la represión y el encarcelamiento de todes aquelles que plantan cara y militan diariamente en la destrucción de toda Autoridad y en la construcción de un mundo nuevo que funcione en base a la horizontalidad y el apoyo mutuo, y en el que haya desaparecido cualquier vestigio de Poder.
La democracia es, necesariamente, la prisión, la policía, las pistolas y las bombas, el trabajo asalariado, las escuelas como centros de adoctrinamiento y deformación, los psiquiátricos, la mercancía, el Parlamento, el gobierno y la dominación como forma de “organizar” la sociedad…; la democracia es simplemente una manera más que tiene el Estado y el Capital, la minoría dominante, de articular su Sistema de opresión. Es por ello que, en tanto que anarquistas, le declaramos la guerra a la democracia y a cualquier otro sistema de dominación y de poder, es por ello que combatimos y combatiremos esa “paz pública” mencionada por el verdugo Javier Gómez Bermúdez, la paz pública de las cárceles, de las guerras, del paro, de la explotación laboral y salarial, del hambre, de la miseria, de los desahucios, del consumismo, de les inmigrantes golpeades y expulsades, de las detenciones y las torturas policiales, de las cientos de mujeres asesinadas a manos del machismo y el patriarcado, de la delegación de nuestras vidas en las manos de una minoría mediante el voto y el parlamentarismo, de ese falso ocio de cartón y dinero que tiene como objetivo que olvidemos y asumamos nuestras vidas alienadas, sometidas y vacías.
Es por ello que ayer, hoy y siempre lucharemos día a día contra el Estado, el Capital y todo tipo de Autoridad, aunque se revista con el traje de la democracia. Es por ello que tenemos determinantemente claro y seguro que vamos a defender a nuestres compañeres secuestrades con uñas y dientes, que vamos a desencadenar eso que tanto asusta siempre al Estado: la solidaridad anarquista, es decir, el apoyo mutuo y la acción directa contra el Enemigo y sus instrumentos y entramados institucionales. Este nuevo golpe represivo no nos va a frenar en la lucha, sino todo lo contrario, vamos a continuar el camino emprendido, vamos a fortalecernos y organizarnos aún más para seguir y aumentar la lucha diaria contra el sistema de opresión y dominación que sufrimos de manera permanente y cotidiana. Vamos a construir un mundo nuevo, donde no quedará ni rastro de Poder, en el cual no habrá ni dominantes ni dominadas, ni condenados ni verdugos, verdugos como Javier Gómez Bermúdez.
¡SOLIDARIDAD ANARQUISTA INTERNACIONAL!
¡LIBERTAD ANARQUISTAS EN PRISIÓN!
¡MUERTE AL ESTADO Y VIVA LA ANARQUÍA!
FIJL
Grupo Aullido Libertario
Nafarroako Gazte Anarkistak
Juventudes Libertarias de Mallorca
Juventudes Libertarias de Salamanca